Prevención en la medida de lo posible

Los accidentes y traumatismos son muchas veces inevitables, pero aún así podemos dar a nuestros hijos dos sencillas pautas a seguir: Que no caminen ni suban o bajen escaleras con las manos ocupadas y que ante un tropezón o empujón se apoyen con las manos en el suelo para que no sea la cabeza lo que primero impacte. Por eso es importante que lleven las manos libres.

Cuando el golpe ya ha ocurrido

Ante todo mantener la calma. Si es un niño, tranquilizarlo y antes de movernos del lugar ver si hay fractura de algún diente.

Si comprobamos que algún o algunos dientes se han roto, es muy importante buscar los fragmentos con paciencia, porque si los encontramos, en muchos casos se pueden pegar al resto del diente que está en la boca.

Esta técnica de pegado de fragmentos es relativamente sencilla y sobre todo muy estética. Psicológicamente agradecida por todos porque el paciente se ve de nuevo y rápidamente con "su diente"

Los fragmentos se deben conservar en un tarrito con uno de los siguientes líquidos: suero fisiológico, leche o saliva para que no se deshidraten. En estas condiciones deben ser llevados a la clínica.

Es importante telefonear a la consulta cuanto antes para la atención del paciente y los dientes traumatizados. Aconsejamos decir, en la primera llamada, que se trata de un traumatismo, para la puesta en marcha del protocolo de actuación en estos casos.